Tristeza
que me
anula las raíces
en el
centro del alma
fija,
inmóvil.
Imagino que
hay alguien a mi lado
que me
acompaña siempre
que lee lo
que escribo y me dice “qué bien escribís”
que me acaricia
el pelo sin otra intención que la de acariciarme
que me
abraza a la noche y a la mañana
que me ama
sin condiciones
que me hace
sentir la soledad como un invento de un poeta
que me hace
sentir que no tengo que demostrar nada
que no
importa si soy inteligente
que ni
siquiera importa si soy bella
que ama mi
alma o mis ojos o ya ni se qué
que no me
pide nada, nada mas que estar
y ni
siquiera eso me pide
pero yo
estoy
y él está,
y no hace falta pedirlo.
Que no
podamos explicarle a nadie lo que somos
y que
podamos vivir sin el otro
pero
elijamos cada dia no hacerlo
que me bese
todo el cuerpo y yo no sienta que no lo merezco o que le debo algo
que me haga
dejar de pensar por lo menos un minuto al dia
que no me
juzgue, y sin juzgarme me ayude a crecer
que me
escuche
y que no me
escuche tanto
que sepa cómo
escucharme
que me
conozca
que no me
pida explicaciones ni puntos de vista
que me haga
sentir que algo tiene sentido
que me
saque de este camino hacia la indiferencia y el “me rindo”.
No hay
certeza adentro mio,
lo único
cierto es que todavía no te conozco,
supongo.
Pero falta
menos,
También,
supongo.
supongo.