jueves, 25 de octubre de 2012

Al amor de mi vida


Tristeza
que me anula las raíces
en el centro del alma
fija, inmóvil.

Imagino que hay alguien a mi lado
que me acompaña siempre
que lee lo que escribo y me dice “qué bien escribís”
que me acaricia el pelo sin otra intención que la de acariciarme
que me abraza a la noche y a la mañana
que me ama sin condiciones
que me hace sentir la soledad como un invento de un poeta
que me hace sentir que no tengo que demostrar nada
que no importa si soy inteligente
que ni siquiera importa si soy bella
que ama mi alma o mis ojos o ya ni se qué
que no me pide nada, nada mas que estar
y ni siquiera eso me pide
pero yo estoy
y él está, y no hace falta pedirlo.
Que no podamos explicarle a nadie lo que somos
y que podamos vivir sin el otro
pero elijamos cada dia no hacerlo
que me bese todo el cuerpo y yo no sienta que no lo merezco o que le debo algo
que me haga dejar de pensar por lo menos un minuto al dia
que no me juzgue, y sin juzgarme me ayude a crecer
que me escuche
y que no me escuche tanto
que sepa cómo escucharme
que me conozca
que no me pida explicaciones ni puntos de vista
que me haga sentir que algo tiene sentido
que me saque de este camino hacia la indiferencia y el “me rindo”.
No hay certeza adentro mio,
lo único cierto es que todavía no te conozco,
supongo.
Pero falta menos,
También, 
supongo.