Un príncipe chiquito pero poderoso como un león como un infierno como un diablo como un solitario hippie le hace un favor a una nenita que acaba de nacer hace cinco años y la nenita se siente como un león que sale del mar a la superficie para respirar. La nenita escuchaba una canción con un estribillo que decía: negación es igual a sanidad. Y el príncipe le quiso enseñar que hay mujeres que tuvieron que enfrentarse con la muerte. La nenita sabía que ella algún día iba a ser una mujer, su mamá es una mujer. Entonces se le ocurrió una idea: construyó un capullito muy chiquitito para meterse adentro. El capullito era de una fibra muy delicada, casi goma espuma pero más finita. Y eso a ella le gustaba. El capullito era suave, era lindo, era bueno. Y un día el príncipe chiquito se convirtió en emperador real y la nenita lo espió desde su capullo. Lo vio fuerte, grande hermoso, rubio, delicado, bello, bello. Quiso correr a abrazarlo. Corrió. Lo abrazó. Lo apretujó. Lo saboreó…
El emperador real que es león fue metamorfosis fue felino fue muerte y fue vida fue rio salvaje fue agua agua agua agua. Y la nenita llevo el aguita a su capullito y lo regó y el capullito se fortaleció. Orquidea. Orquidea. Qué linda palabra.
El león ahora es divinidad es extremismo es placer.
La nena es…
El león vuelve. Con sed. La mira.
La nena había encontrado agua para su capullito. En un lago nuevo que encontró solita. Ella sola. Estaba contenta. Lo dijo en voz bajita.
El león la mira. Atento. (¿La quiere?). Estático.
La nenita lo ve. No lo reconoce. Se mete en el aguita. Chapotea. Le gusta. Le encanta. Le divierte. Se sumerge. Hace la vertical. Encuentra arenita de cristal en el fondo. Dulce. Dulce. Rico. Lindo. Suave. Risa. La nena se ríe. Se ríe del rio se rie de la risa. Se rie risueña. Ruiseñor. Salta la soga. Salta hasta cansarse salta salta salta. Rie salta juega juega rie rie rie rie rie. Rie de la risa rie de la rima. Erre con erre guitarra. Arrorró. Rulo. Rulero. Raton. Ramiro. Ramiro. Ramiro.
El león salta.
Ramiro. Ra… El león está en el agua. La nena no sabía que los leones nadaban. Eso significa que el le enseña cosas nuevas.
El León no la ve. Está en el agua y el león es agua. Es agua agua agua. Es leon. Emperador. Es agua. Es príncipe. Es agua. Ríe. Es luz. Es un príncipe chiquito. Es un nene. Es un nene. Juega, canta, rie. El nene inventa un juego. Lamer. Lamer todo. Sentir gusto. Necesidad. Lengua. Sed. Nena. Emperador. Ramiro. Ramiro. Príncipe. Nena. Orquidea. Mujer. Sexo. Leon. Mujer y Leon. Leon y Mujer. Salvaje. Selva. Bosque. Plantas. Agua. Agua. Leon. Agua. Agua. Agua. Ríe. La nena rie. El león lame. Juega. Lame la arena, el agua, la nena, sus piecitos. Cosquillas. Rie. Vive. Está viva. La nena está viva. Está viva. Viva. Viva la vida. El amor, el leon el principe. La nena Rie. Ahora la nena Rie. Por fin. La nena Rie.
jueves, 12 de febrero de 2009
dedicado a mi misma
lo hermoso de nuestra relacion es que nunca te voy a entender
lo hermoso de nuestra relacion es que siempre te voy a querer
lo hermoso de nuestra relacion es que siempre te voy a querer
jueves, 5 de febrero de 2009
personas I
Ella entra a su cuarto oscuro en cuclillas pensando que ningún hombre la va a volver a querer. La hermana estaba en su cama. Habla por teléfono bajito. Del otro lado, su novio. Una mano con uñas rosas prende la luz del cuarto. La bata de la madre está un poco vieja, tiene zonas más oscuras que otras. Con un ojo cerrado da una orden a las nenas. La hermana cambia el tono y sostiene el teléfono con una fuerza que es casi violenta. La madre se va del cuarto. Esa noche las hermanas se insultan, se lastiman, se olvidan, una se ríe, la otra piensa y desvía la mirada, la otra la mira, ahora ella se ríe, su hermana piensa. Por tres segundos se ríen las dos y después el ventilador se prende solo. Entonces una piensa y la otra duerme.
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Delfina ve en Daiana una mirada juiciosa. Sabe que aprovecha cada palabra suya para tener algún pensamiento maligno.
Daiana piensa sobre Delfina: ¿le digo o no le digo que tiene un orégano en la nariz?
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Delfina ve en Daiana una mirada juiciosa. Sabe que aprovecha cada palabra suya para tener algún pensamiento maligno.
Daiana piensa sobre Delfina: ¿le digo o no le digo que tiene un orégano en la nariz?
martes, 3 de febrero de 2009
merienda
esto lo escribi estando deprimida a mitad del año pasado y lo acabo de encontrar en mis documentos. me dio ganas de compartirlo al mundo. ja
Sali de mi casa con el deseo de expulsar sustancias de mi cuerpo. Necesitaba gritar, vomitar o llorar. Habia tratado de llorar en mi casa pero no habia podido. Hace bastante que no puedo. Tenía que ir a una merienda cumpleaños. La chica del cumpleaños y yo tenemos una relacion insoportable. A veces siento de su parte una demanda excesiva. No la veo hace meses, ex compañera del trabajo. Pero tenia que ir. Me imaginaba que todos me esperaban como a una reina, que todos se estarian preguntando ¿Dónde está Leticia? ¿Por qué no la llamamos? ¡Es tan inteligente! Pero no, yo no les iba a dar el gusto. No les iba a compartir mi deseo de desaparecer. Iba a llegar hermosa, radiante, increíblemente feliz por haber empezado a trabajar. Sí, si, la verdad me siento bárbara. ¿El trabajo? El mejor que tuve. Crecí un montón todo este tiempo. Sí, lo de Franco se terminó, pero me siento tan libre, tan mujer. Y ellos, deprimidos como siempre. Ya me imagino. Conversaciones de muerte para pasar el tiempo, cantar el feliz cumpleaños en un tono de funeral, todas con sus novios, callados y serios. No. No iba a ir. No me iba a someter a eso. Ya no. Entre a un bar y me pedi un vino. Fume cinco cigarrillos y tome casi toda la botella. Estuve ahí media hora. Ahora sí. Era buen momento para ir a la merienda.
Sali de mi casa con el deseo de expulsar sustancias de mi cuerpo. Necesitaba gritar, vomitar o llorar. Habia tratado de llorar en mi casa pero no habia podido. Hace bastante que no puedo. Tenía que ir a una merienda cumpleaños. La chica del cumpleaños y yo tenemos una relacion insoportable. A veces siento de su parte una demanda excesiva. No la veo hace meses, ex compañera del trabajo. Pero tenia que ir. Me imaginaba que todos me esperaban como a una reina, que todos se estarian preguntando ¿Dónde está Leticia? ¿Por qué no la llamamos? ¡Es tan inteligente! Pero no, yo no les iba a dar el gusto. No les iba a compartir mi deseo de desaparecer. Iba a llegar hermosa, radiante, increíblemente feliz por haber empezado a trabajar. Sí, si, la verdad me siento bárbara. ¿El trabajo? El mejor que tuve. Crecí un montón todo este tiempo. Sí, lo de Franco se terminó, pero me siento tan libre, tan mujer. Y ellos, deprimidos como siempre. Ya me imagino. Conversaciones de muerte para pasar el tiempo, cantar el feliz cumpleaños en un tono de funeral, todas con sus novios, callados y serios. No. No iba a ir. No me iba a someter a eso. Ya no. Entre a un bar y me pedi un vino. Fume cinco cigarrillos y tome casi toda la botella. Estuve ahí media hora. Ahora sí. Era buen momento para ir a la merienda.
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