Se siente
encantado
y la
necesita.
Abraza con
cariño
a su
princesita
Ella lo
abraza sin entenderlo
“Yo no lo
quiero”,
llegó a
creerlo.
Un día
llovió en el cuarto de ella
Él dijo
“bonita, te llevo un paraguas”
“Yo no lo
quiero”, le dijo Doncella
“Me gusta
sentir el río en mi enagua”.
El le hizo
caso, siempre lo hacía.
Ella sintió
que su poder crecía.
La soledad fue
siempre su mejor amiga,
el agua en
su cuarto subía y subía
A la
madrugada, mientras todos dormían,
Doncella
sintió que de pronto caía.
Caía en un
pozo con cama y todo.
Pensó que ella sola saldría del lodo
Entonces
¡lo hizo! Ella solita
Finalmente
pudo encontrar la salida.
Era una
puerta muy chiquitita
Que halló
justo antes de verse vencida
Lo que él
no le dijo es que esa puertita
la puso él
un día por si el agua entraba.
Nunca lo
hablaron, pero Princesita
sintió que
en el mundo alguien la amaba