jueves, 7 de mayo de 2009
tardes de poetas
Los poetas se juntan a intercambiar palabras. Se dicen y se mienten. Uno altisimo dibuja las caras de los demás y los nombra como animales. El león, el sapo y el zorro. Yo queria ser el leon grita el sapo. Pero a el le falta mucho para llegar a leon. Hay un camino al costado del planeta que solo el recorrio. Los demás no lo van a conocer jamás. Su melena es intransferible. Que secuencias bellas que viven los cuatro. No irradian mas que luz. Luz propia, de la buena. El poeta que los nombra se llama Gonzalo. El es la calma. Los demás son la fuerza, la organización y logística y la elegancia garantizada. El sapo se zambulle en sus textos, los chapotea y los escupe. No se compromete. Es un batracio. Entra y sale. El zorro es astuto con sus letras. No impone a nadie su lenguaje. Salva princesas de torres lejanas. El león se atreve. Es el más arriesgado y el mas bello. El que guía es tranquilidad de verano, su lápiz es suave y cómodo. Sus palabras son viajes en velero con brisa caliente. Pero todos comparten la pasión de chicos. Son animales apasionados. Viven en su selva sintáctica. No retroceden nunca. Juntos son el sol y la Tierra. Juntos pueden ser víbora canina o agua dura y pura. Ellos no lo saben. Los años los hacen reflexionar y lo van a saber cuando sea tarde para bucear. Ninguno aprendió a bucear. Solo aprendieron a amar.
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2 comentarios:
ey tami
te extraño
yo me siento un poco zorro. y otro tanto cronopio.
gustó más que de costumbre esto, eh.
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