A los quince sabia distinguir la belleza pero no podia empaparme de ella.
A los diecisiete me habia perfeccionado en el arte de la distinción pero seguia sin poder sumergirme.
A los veinte aprendi a entrar de a poco. Primero los pies. Cuando llegué a la cintura la ansiedad me ganó.
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2 comentarios:
parece un texto de amelie n.
pensé que se había acabado esto.
Está mal que mi comentario sea ese?
Acá arriba dice "Haga su comentario", y ese es mi comentario.
Pero, está mal? en serio pregunto
no
no es en serio
no me importa si está mal
soy rebelde
y uso mucho espacio
y no quiero dormir
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