martes, 31 de marzo de 2009

tiempo de cambio

El señor se sienta en su sillón. La señora todavía no llegó. Suena el timbre y la nena abre. Una señora de espaldas le dice “el tiempo que más me gusta es el presente”. La nena cierra la puerta con un golpe seco y fuerte. Se tira al piso y actúa su muerte. Le parece que abrir mucho los ojos es actuarla bien. El papá se rasca la barbita. Mira a la tele que ahora está apagada. La nena se levanta "ensangrentada" y la tele se enciende. Ahí está la mamá que les dice “mi tiempo preferido es el futuro”. El papá se recuesta en el sillón. Se desliza. La nena no tiene un lugar ahí. Se va a la cocina y vuelve con un frasco de Ketchup en la mano. Le tira Ketchup a su papá en la cara. Se lo esparce por el cuello y los brazos. Su papá duerme. La nena se sienta sobre él con la mirada perdida y dice muy bajito: mi tiempo preferido es el pasado.

sábado, 28 de marzo de 2009

animal planet

Los insectos se quedan tranquilos. El científico se canso de buscar la verdad y se fue de luna de miel.

Miel de abejas que son amigas del miedo encarnado en un chimpancé.

Los leones marinos son ágiles en el agua. En la tierra se secan como pasas de uva que son flora y naturaleza muerta que un pintor convierte en arte. Pinta un cuadro de floreros pero las flores no son lo importante. El artista busca la belleza y cree haberla encontrado cuando empieza el cuadro de un león marino en color azul y dorado. Su mujer lo distrae y florece a su lado recibiendo una pincelada por accidente. La mujer y el cuadro, en ese orden, se apagan. Duermen. El artista no duerme. Sus ojos se burlan de él. No pueden ver más alla de las horas que cada vez son más largas. Su noche es un largo insomnio y el no llora por eso. El pinta. Rompe el cuadro al amanecer. Y vuelve a su colchón que ahora es incómodo y hostil. Su mujer lo besa y se va. Se va a trabajar porque desde ahora sostiene a la familia que necesita nutrirse de nuevos aires. Y ella es la encargada de atraer esos aires y soplarlos hasta la casa donde el pintor los convierte en arte.

jueves, 26 de marzo de 2009

divagues de una mente con recuerdos

Paso la fecha. Y esta bien. Todo esta bien. Felicidad. Happinness. Calma. Caricias al alma.


La señorona grita ¡Se nos paso! Que barbaridad. El padre pregunta: a ver a ver ¿esta bendita fecha cuando era? El joven dice uh la fecha… la chafe…me chafé la flecha. Me chafé la flecha!! Y los viejos se sobresaltan. A nadie la importa la flecha. Dice la abuela. Todos estamos tristes por la fecha, ya paso. Pero ella sola hablo de tristeza. Era porque ella sola estaba triste y su tristeza no tenia nada que ver con la famosa fecha. Esto es cruzar un límite dijo el rey. No respetar la fecha es cruzar un límite. Y lo acabamos de cruzar señores. Un nene levantó la mano y dijo que él sí había cumplido con la fecha pero los que lo escucharon fueron dos. Uno se tiró de cabeza al centro de la tierra y desapareció. El otro se volvió científico. Porque quería aprender a retroceder el reloj.

suplente-mama

El ama de llaves le dice al patron que perdió la vista en un accidente. Lo último que vio fue un arcoiris. Julieta es su nuevo nombre. Los chicos le dicen Jota. Jota juega al futbol con los chicos y deja su baston en el banco de suplentes porque cuando juega puede ver. En el tercer tiempo levanta las manos bien altas y cae hacia atras. Su cuerpo se arquea como un gusano. Ella es el arco. La pelota entró y salió mas de tres veces desde que el referí toco el silbato. Ella, inmóvil. El césped y ella son una combinacion perfecta. Los chicos se quedan quietos como estatuas. Es su nuevo juego. Si Jota se mueve, pierde. Y eso es peligroso. Todos están suspendidos en el tiempo con sus shortcitos y sus botines embarrados. Son niños de mamá, pero mamá salió y Jota empieza a cantar una canción de cuna para todos. Duerme duerme negrito, que tu mama esta en el campo negrito… Mamá salió hace días y ellos quietos y rubios esperan su llegada. La imaginan con bolsas del supermercado bien llenas de productos. Seguro que se fue al pueblo y pasó por el super. Está durmiendo en algún hotel del pueblo porque la niebla hizo difícil su regreso. Son ocho hijos. Ocho rubios, varones. Escuchan la canción que canta Jota. Te va a traer rica fruta para ti, te va a traer carne de cerdo para ti…y bailan suavecito hasta quedarse dormidos sobre el césped.

martes, 24 de marzo de 2009

una lastimadura

Un chico con una herida en carne viva desea que las cosas vuelvan a tener gustito, color, olor, textura y musicalidad.
Una chica le pasa lisoform y Le regala una sonrisa.
y nada...
el Lisoform no servia para heridas en carne viva.
Un chino se hace amigo de la chica que es adolescente y juegan juntos a las damas mientras el chico se recupera.
Les pregunta si puede jugar, pero el juego es de a dos. Entonces el chico espera.
Es tiempo, nada mas. Le dice el chino. Con las damas es asi, solo hace falta esperar. Y dice la palabra "damas" con un tono mentiroso, desafinado. Es como si lo hubiera estado practicando y el día del estreno no le pegó a la nota. El chico suspira. Suspira de verdad, se manda un suspiro imperfecto, espontaneo. La chica se acaricia la panza que está al aire libre. El chino se exige mirar para otro lado, es un estratega. su tactica es casi imperceptible, pero el chico la entiende. vibran los tres, muy desalmados, desordenados con sus vidas. Cada uno tiene su color, su textura. Pero los tres se parecen en algo y es que tienen la misma edad.

lunes, 23 de marzo de 2009

cigarettes

Me siento en la vereda a fumar un cigarrillo para marearme. Pasa menos de un minuto y me doy cuenta de que para marearme me alcanza con mirar alrededor. Pero igual no lo apago. Estoy doblemente mareada. Colectivos. Gente y humo que viene de las alcantarillas. Dos chicos con remeras de Carrefour descargan unas cajas de envio a domicilio. Uno se va y antes me mira. El otro se queda en la combi esperando. Pasa un minuto. El de la combi se acerca a pedirme fuego. Le digo que no tengo, le doy mi cigarrillo y prende un Marlboro. Pienso qué incomodo es prender un Malboro con un Virginia Slim. Cuestion de grosor. Matemática pura. Me dice gracias. Le digo de nada. Nos miramos a los ojos. El se vuelve a la combi. Sigo fumando sola. No quiero arrancar. Tengo que caminar hasta la parada. Colectivos!! No quiero. Un ratito mas de vereda y ya está. Mi cigarrillo es la excusa perfecta. Le quedan dos pitadas. Que triste. Qué voy a hacer cuando se acabe? Sé muy bien lo que voy a hacer pero no quiero hacerlo. No quiero a los colectivos. Son muy ruidosos y más a esta hora. Son las seis. La gente que trabaja vuelve. Todos estan volviendo. Como yo. Pero yo no estoy cansada, no quiero volver. ¿Cuál es el sentido de volver si no voy a descansar de nada?
Voy a descansar de hacer nada. Voy a llegar y voy a seguir mi cigarrillo en casa. Lástima que ya no queda nada. ¿Me voy a prender otro? No puedo vivir los dias mareada, pero es la única que se me ocurre para que estos tres dias de inactividad se me pasen volando. Pero que locura, si los días no vuelan. Más bien todo lo contrario. Los días caminan lentos, muy lentos, mientras los colectivos arrasan con todo. Voy al cine. Que triste. Todos del pami. ¿Hablaré con alguna vieja? No me dan ganas. Estoy sola. Y me gusta. El gustito de la soledad que me llena de algo nuevo, algo que tiene que ver con mi identidad aunque todavía no la tenga tan clara. Estoy vivita pero no coleando. Todavía. Not yet.

sábado, 21 de marzo de 2009

La señora Soledad

Veo la belleza. La absorbo la recibo la chupo como una aspiradora que no para de succionar. Y me empapo me empalago. Estoy empalagosa con ella. Ella y yo nos metemos cada una en el mundo de la otra. La bella y yo. No hay bestia. La bestia somos nosotras. Vamos como serpientes al pantano y nos zambullimos de cabeza en la jungla con árboles y matorrales viejos y chamuscados, pero no nos importa. Estamos juntas. Por poco tiempo, ya lo sabemos. Mañana nos duele todo el cuerpo, ya lo sabemos. Pasado nos duele pensar, ya lo sabemos. Ya lo sabemos todo. En un minuto se acaba el mundo. Ya lo sabemos todo antes de que suceda. Pero no nos importa. Juntas somos océano, somos amplitud, somos dos. Y viene el dia siguiente. Y soy yo sola. Soy un escarbadientes. Soy gallina. Soy una semillita inocua, inocente, jovenzuela, fria, larga. Larga. Soy larga. Crezco un centímetro, en una noche. Y el nuevo día es luz. Es la casi paz. Y veo parejas, hormigas que caminan juntas. Y yo soy una. Sola. Sola. Sola. Sol. La. Como dos notas musicales. Suena lindo. Se vive en carne propia. En carne viva. La solicitud, el solsticio, la soledad. La Señora Soledad.

viernes, 20 de marzo de 2009

oda al otoño

Busco la naturaleza en lugares de paso. un arbusto en la parada de colectivo. una hojita que me quedó en el pelo. pasto en las barreras. pasto verde brillante que solo existe cuando falta un dia para el otoño. Y toda la naturaleza se prepara para ese cambio que es imperceptible para los ciegos y los colectivos de colores fuertes. Las publicidades ya lo saben, siempre saben todo antes de que sea. Las vidrieras también. Son amigos intimos del cambio. Y muy despacito nos preparamos tambien las personas, abriendo los roperos o placards y moviendo lentamente las remeritas sin mangas hacia otro sector del mueble. Los sauces lloran, los ficus de las macetas ansian una libertad que todavía no les corresponde. Pero los dos están en su mejor momento. Usan toda su energía para ser lo más verdes posible, porque falta poquito para el ocaso. El otoño. Que es inminente y no va a cambiar de opinión. Pase lo que pase. Come what may. El otoño llega. Y solo los videntes ancianos lo perciben como una fiesta de hojas color café que se apodera de todo y de todos. Hay una danza de hojitas que rodean a los nenes y bailan todos juntos. Hojas con nenes, nenes con nenes, nenes y hojas. Los adultos corren apurados. Están llegando tarde a la última cena. El verano los tienta y los persigue poderoso, caliente. Pero nadie puede escaparle al otoño que espera ansioso. Nadie puede escaparle a las horas, a los días. Que son y nunca, pero nunca, van a dejar de ser. Por lo menos hasta donde yo sé. 

jueves, 19 de marzo de 2009

casa - trampa (o escritor en decadencia)

Mi casa es mi templo. Los visitantes entran y salen. Miran las instalaciones y hacen comentarios. Algunos traen comida, otros comen aca. Otros no vienen porque no los llamo. Algunos llaman y vienen. Otros vienen y no llaman o llaman y no vienen. No tengo malos pensamientos de mi ni de los demas. Yo estoy. simplemente estoy. Nada mas. Y nada menos. No salgo. Solo entro, porque entrar es muy facil. Salir es lo dificil.

ay ay ay ay

canta y no llores. porque cantando se alegran cielito lindo los corazones!

Estrenando hogar

El diablo se enamoró de una chica y la sacó a pasear. Vieron una peli que hablaba del amor encajonado, mecánicamente organizado. Después él le hizo masajes que para ella fueron “muy estimulantes”. Juntos recorrieron plazas, parques y vieron muchos pajaritos. La chica no trabaja entonces tiene tiempo para los pajaritos. El Satán sabe mucho de pajaritos porque sabe mucho de todo. Eso es lindo. Ella le dice así: Mi Satán. A él no le gusta tener dueño pero la chica tiene un cabello de película de Disney. Y él habló con Disney y con los hielos y con Cenicienta y Blancanieves. Todas divinas. Chicas hermosas como Esta. Que ahora le sostiene la cola y juega con ella. Le divierte que tenga una puntita filosa. El le quiere advertir que esa cola es La Muerte pero ve a la chica tan viva y hermosa que no le avisa. Y en dos minutos ella sangra. Rojo intenso. Satán advierte que es hora de dejarla. Como a todas. Cenicienta había sangrado antes. Pero su sangre era rosa. Rosa chicle. El nunca había visto un rojo tan intenso. Le hizo mal a la vista y se fue corriendo. No quería quedarse ciego. La chica quedó sentada en la calle, sola, sangrando. Una viejita que paró a ayudarla le dijo “esto solo puede ser obra de un pobre diablo”. Y la chiquita sabía que la vieja tenía razón. Pero no le dijo nada. Esperó hasta que vino la ambulancia que la llevó a su hogar.

urbe

Pasos, pasos, pasos, vida, gente, ruido. Gente que camina apurada porque tiene 15 min. hasta volver al trabajo. Esos Quince Minutos que son vida propia pero se van en los celulares que son redes como telarañas que comunican a cada arañita urbana. Te llamo y me llamas cuando termine de llamar a Sergio que está llamando ahora a su novia porque la ve a la noche seguramente después de hacerle un llamadito. Pero por ahora nos comunicamos mentalmente. Nuestras mentes están unidas y los teléfonos no lo saben. Shh! No le digamos a nadie porque ayer mi vieja se enteró y me llamó preocupada “¿Cómo es eso de las mentes comunicadas? ¡Dejate de joder con eso!”. Justo después le sonó el celular. Era mi papá preocupado. Dijo que tenía una licuadora en la mente. Hablé con él y no me lo contó. Me dijo que me quería mucho y que cuándo nos vemos. A la tarde me conecté al msn y hablé con un chico que había sido un rey en mi mente cuando tenía dieciocho. Suena el teléfono. Atiendo. Otro rey. El de los quince. No se puede jugar con dos reyes a la vez. Hay que asesinar a alguno para salvarse. Me desconecto. Solo somos él el teléfono y yo. ¿Estamos solos? Me dice que quiere verme (¿para estar solos?). No, quiere verme para verme. Para mirarme, para escudriñarme con esos ojos de águila que veo una vez por año. Llegó ese momento del año. Ya está acá y lo creamos juntos. Todavía no llegó porque no es lunes. Arreglamos para vernos el lunes. El día más lindo de la semana. Lunes. Lunes. Un charquito de luna para mojar los piecitos. En esos Quince Minutos que nos dan en nuestros trabajos. Un cafecito. O mejor: un té con leche y medialunas. Pero sí o sí un cigarrillo. Y así se va la toxicidad del encuentro. Queda en el cenicero, aplastado y mojado. Con la leche que sin querer se me cae en la mesa. Y los nervios de nuestros cerebros vibran juntos, con una frecuencia similar. Porque estamos bien. Digo, viendonos.

martes, 17 de marzo de 2009

Ella

Se tiño el pelo de rubio nomás.
Y salio a ver la reacción del mundo.
Decidió sonreír a todas las personas que se cruzaban en su camino
Y algunas le devolvían el saludo.
Pero no era por su pelo nuevo. Era por su simpatía.

Se compro los aretes nomás
Y salió a ver la reacción de su novio
Decidió darle un beso apasionado y el lo disfrutó como nunca
Pero no fue por los aretes. Fue porque él venia contento de la fábrica

Se puso extensiones nomás.
Y entró a ver la reacción de sus padres
Ellos la abrazaron al mismo tiempo con mucha fuerza
Pero no fueron las extensiones. Fue la muerte de su abuela que los puso tristes.

Fue al velorio al día siguiente y su hermano le dijo que estaba cambiada. Y ella pensó que era cierto. Estaba cambiada. Era virgen de duelos. Y el duelo en el que estaba entrando con las puntas de los pies ya le había cambiado un minúsculo lugar del corazón. Sus células habían entrado en movimiento, vibrando chiquitas y alertas ante este nuevo cambio, que fue de afuera para adentro. Y de adentro para afuera.

padre e hijo

-Perdon que lo increpe de este modo pero es usted mi padre?
-Si lo soy
-Mucho gusto yo soy su hijo
-Si lo se. Mucho gusto.
-Usted dice quererme mucho. Me equivoco?
-Para nada. Está usted en lo cierto.
-Pero que hermosa casualidad! Yo lo quiero también. Muchísimo. Podríamos decir que ambos nos tenemos un cariño infinito, si me disculpa por el término.
-Usted no debería disculparse por nada. Soy yo el que le pide disculpas.
-Qué curioso. Yo no siento que debería disculparlo por nada en absoluto.
-¿Podría decirse entonces que somos afortunados por tener un hermoso vínculo?
-Yo diría que somos afortunados por tenernos el uno al otro. El vínculo nunca fue hermoso.
-Qué sabias palabras.
-¡Usted fue quien me las enseñó!
-No recuerdo haberle enseñado nada
-Eso es porque tiene mala memoria, pero yo recuerdo bien sus enseñanzas acerca de las relaciones humanas. Es lo que yo llamo vínculos. Las palabras son mías, mi escencia (o sustancia, que es como escuché que lo llama usted) se moldea día a día y quiero decirle, con mucho respeto que es usted responsable de gran parte de ella.
-Me siento conmovido y muy agradecido. ¿Sería impertinente de mi parte pedirle un abrazo?
-Tengo entendido que los abrazos no son algo que se pida.
-Entiendo.
-¿Sería impertinente que yo le dé un abrazo a usted?
-No. De hecho creo que es lo correcto. O mejor dicho lo que me haría feliz en este momento.
-Somos muy afortunados. Abrazarlo es también lo que me haría feliz en este momento.


Y asi fue como Francisco Bologni y Roberto Bologni comenzaron a disfrutarse.

caro y sole

La Carola y la Soledad son dos amigas modernas. Ellas son malestar, son noche y son luna. Son triste compañía. Siempre caminan juntas. El Lucas en cambio es hombre fuerte y salvaje. Es el poder, la sensualidad, es amigo de los dioses. Cuando él aparece caminando por la calle, la Soledad se va enojada, sin despedirse. Y quedan solos la Carola y el Lucas. Ellos son amor, son presente, son luz del sol, son belleza joven, son flores y mariposas al mismo tiempo, ese tiempo que perduran eterno, etereo, fugaz y frugal. Son música. Cuando el Lucas se va, se hace de noche y La Soledad vuelve para acompañar a su triste amiga hasta un nuevo encuentro.

los loquitos

Relojes adentro de cajitas sin cerradura. Tic tac. Tic tac. El tiempo es bueno aunque esté nublado. Llueve ahora en las casitas pobres de gente sana. Los locos salen a disfrutar de la no lluvia. De las nubes que forman para ellos siluetas de mujeres pero para elton forman pipas de abuelos que fuman en pipas desde hace mil años. Elton vomita mientras todos le sostienen la cabeza para que no se caiga. A una mujer se le ocurre levantarle el pelo para que no se mezcle con el vomito. A ella le gusta su pelo largo y no quiere verlo estropeado. El vomito se convierte en ruido y el ruido en música. Elton ahora canta y la mujer sabe la letra. Entonces cantan a dúo y los demás escuchan quietos mientras sale el sol.

lunes, 16 de marzo de 2009

collage

Olor a cocina casera que me recuerda como era la vida. Hogar, salsa de tomate, reencuentros. Me recuerdan que la vida era bella para algunos y yo era una de las bellas vidas que emanan futuro. Vienen a comer las personas con sus equipajes y cuando se van se lo llevan con ellos. Mi equipaje está vacío. Vacío de ropa y de maquillajes. Mi ropa es la que llevo puesta. Hoy.

Esperando a un alma que se encuentre con la propia para poder unirse y formar una simbiosis de implosión amorosa. De carne y alma. De sudor y lágrimas. De avena y pan dulce y tostadito de jamón y queso. Sin esa asquerosa ingenuidad que se apodera de mi mundo privado y me hace ver a través de unos lentes para ver peliculas tridimensionales. Porque la vida no es tridimensional y eso me confunde.

El movimiento de las patitas ansiosas por caminarse la vida entera y girar y dar vueltas y vueltas y vueltas y sentir que es lindo estar mareado de vez en cuando. Buscar el mareo crónico para volver a veinte kilómetros por hora y subir de nuevo la velocidad.

hollidays

Holly es sagrado y day es dia. Son dias sagrados los de las vacaciones. El ocio se apodera de la ciudad y solo los valientes las reciben sin paraguas. Sin filtro. Vacaciones sin cuestiones. Libertad de enero que ya se fue y euforia del febrero que nos saluda victorioso porque venció, se va contento del calendario porque pudo hacerse lugar entre los meses. Le da una palmadita en la mano a marzo que es fuerza y bienvenida. Es otoño.

llamado a la solidaridad

si alguien sabe como sacar las publicidades de mi blog que me lo comunique. creo que sin querer aprete para que aparezcan pero me arrepiento.

domingo, 15 de marzo de 2009

EEUU

“You are a Genius”. Así le dijo Frederick a Paul. En la ruta. Paul manejando. Con cactus a los costados. Una hilera de cactus que le recuerda a Frederick lo hermosa que es su ex mujer. El tiene en el despacho de su oficina un portarretrato con la foto de Susan entre esos mismos cactus. Pero no eran los mismos. Quizás eran los del kilómetro anterior. O quizás eran de otro país. De repente todo es confuso para Frederick. Pero Paul maneja. Tiene esa suerte. El ochenta por ciento de su mente está en la ruta. Es un novato. Un freshment. Un begginer. Eso no preocupa a Paul. Preocupa solo a Frederick. Se siente inseguro y duda de la decisión que tomaron hace nada más que dos días. A Paul nada lo ata a su casa. Solo su perro que está en el asiento trasero, pero igual duda. Tiene miedos. Los amigos piensan pero no se comunican.
Paul para en una estación a cargar gas. Frederick aprovecha para ir al baño. Tenía mucho pis para hacer y no se había dado cuenta hasta que llegaron a la estación. Duda de hacer lo segundo. No lo hace porque sabe que no hay tiempo. Se lava la cara y decide volver al auto. Susan lo estaba esperando. No hay rastros de Paul ni del perro ni del auto. Sin decir nada, Frederick besa a Susan y caminan juntos hasta llegar a su hogar.

post tsunami

“Francamente” es una palabra. A los veinte la quiero. Me hace bien saber que hay cosas que son francas, como las ballenas, que viven mitad en el agua y mitad salen a respirar. Las ballenas francas. El sur es geografia pero tambien es mucho más. Los perritos no conocen el sur porque no desean la libertad. El amor sí lo desean. Al norte hay meseta hay llanura. Montaña no hay. Las montañas están al oeste en la república argentina. Pero a veces si hay sol y nadie está mirando se hacen mariposas para poder viajar en el tiempo y juntarse con el mar, con la llanura, con el aire. Y cuando quieren tierra vuelven a ser montañas, efigies. Duras, grandes y solemnes. Cuando son personas se miran las manos para no confundirse. Porque las personas y las montañas tienen mucho en comun, pero las manos nos diferencian. Yo soy montaña, soy llanura, soy meseta. Pero a veces también soy persona con manos pintadas de rojo y pollerita de jean que me recuerda a las mujeres. Y soy mujer que fue montaña que fue llanura que fue río y fue agua pero ahora descansa en su cuerpo. Por fin descansa en su cuerpo. Terrenal. En la Tierra. Mi planeta por ahora y para siempre.