domingo, 15 de marzo de 2009
post tsunami
“Francamente” es una palabra. A los veinte la quiero. Me hace bien saber que hay cosas que son francas, como las ballenas, que viven mitad en el agua y mitad salen a respirar. Las ballenas francas. El sur es geografia pero tambien es mucho más. Los perritos no conocen el sur porque no desean la libertad. El amor sí lo desean. Al norte hay meseta hay llanura. Montaña no hay. Las montañas están al oeste en la república argentina. Pero a veces si hay sol y nadie está mirando se hacen mariposas para poder viajar en el tiempo y juntarse con el mar, con la llanura, con el aire. Y cuando quieren tierra vuelven a ser montañas, efigies. Duras, grandes y solemnes. Cuando son personas se miran las manos para no confundirse. Porque las personas y las montañas tienen mucho en comun, pero las manos nos diferencian. Yo soy montaña, soy llanura, soy meseta. Pero a veces también soy persona con manos pintadas de rojo y pollerita de jean que me recuerda a las mujeres. Y soy mujer que fue montaña que fue llanura que fue río y fue agua pero ahora descansa en su cuerpo. Por fin descansa en su cuerpo. Terrenal. En la Tierra. Mi planeta por ahora y para siempre.
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