lunes, 16 de marzo de 2009

collage

Olor a cocina casera que me recuerda como era la vida. Hogar, salsa de tomate, reencuentros. Me recuerdan que la vida era bella para algunos y yo era una de las bellas vidas que emanan futuro. Vienen a comer las personas con sus equipajes y cuando se van se lo llevan con ellos. Mi equipaje está vacío. Vacío de ropa y de maquillajes. Mi ropa es la que llevo puesta. Hoy.

Esperando a un alma que se encuentre con la propia para poder unirse y formar una simbiosis de implosión amorosa. De carne y alma. De sudor y lágrimas. De avena y pan dulce y tostadito de jamón y queso. Sin esa asquerosa ingenuidad que se apodera de mi mundo privado y me hace ver a través de unos lentes para ver peliculas tridimensionales. Porque la vida no es tridimensional y eso me confunde.

El movimiento de las patitas ansiosas por caminarse la vida entera y girar y dar vueltas y vueltas y vueltas y sentir que es lindo estar mareado de vez en cuando. Buscar el mareo crónico para volver a veinte kilómetros por hora y subir de nuevo la velocidad.

4 comentarios:

kate dijo...

tamara tamara tamara me haces reir y me haces pensar y me haces emocionar y cuando te veo pienso que sos algo mullido que cuando apretas un poco desprende algo dulce y hermoso, cuando leo tus textos pienso en la miel, una miel para abrazar

Fernando dijo...

me gusto y me asfixio un poco y me gusto y me volvio a gustar y etc etc etc

Muy lindo, de verdad,saludos

Marlene dijo...

haría bomboncitos rellenos de tus palabras y armaría cajas enteras para repartirlas por la calle y que todos puedan saborear algo tan azucarado y amoroso.
soy la derretida number two en estos comments.

Una chica asi dijo...

a mi también me hacés pensar y reír.
:)

Te acompaño a dar muchas vueltitas cuando quieras.