jueves, 19 de marzo de 2009

Estrenando hogar

El diablo se enamoró de una chica y la sacó a pasear. Vieron una peli que hablaba del amor encajonado, mecánicamente organizado. Después él le hizo masajes que para ella fueron “muy estimulantes”. Juntos recorrieron plazas, parques y vieron muchos pajaritos. La chica no trabaja entonces tiene tiempo para los pajaritos. El Satán sabe mucho de pajaritos porque sabe mucho de todo. Eso es lindo. Ella le dice así: Mi Satán. A él no le gusta tener dueño pero la chica tiene un cabello de película de Disney. Y él habló con Disney y con los hielos y con Cenicienta y Blancanieves. Todas divinas. Chicas hermosas como Esta. Que ahora le sostiene la cola y juega con ella. Le divierte que tenga una puntita filosa. El le quiere advertir que esa cola es La Muerte pero ve a la chica tan viva y hermosa que no le avisa. Y en dos minutos ella sangra. Rojo intenso. Satán advierte que es hora de dejarla. Como a todas. Cenicienta había sangrado antes. Pero su sangre era rosa. Rosa chicle. El nunca había visto un rojo tan intenso. Le hizo mal a la vista y se fue corriendo. No quería quedarse ciego. La chica quedó sentada en la calle, sola, sangrando. Una viejita que paró a ayudarla le dijo “esto solo puede ser obra de un pobre diablo”. Y la chiquita sabía que la vieja tenía razón. Pero no le dijo nada. Esperó hasta que vino la ambulancia que la llevó a su hogar.

3 comentarios:

pipi dijo...

me encantó tam

Firulo dijo...

Otro buenisisisimo. Ya van dos.

el chair dijo...

decile a la chica
que no se los diablos
pero aca hay angeles y mortales
que la quieren cuidar
y decile tambien
que dejemos al diablo de lado..
deciselo a ver si le sirve de algo que la queramos cuidar
decile de mi parte